El ensayo. Se encuadra dentro del género didáctico.
El ensayo es un género literario que surge ya en la antigüedad con propósito analítico, didáctico o argumentativo. La filosofía, la ciencia, la historia…todas las disciplinas del saber se han desarrollado a través de los siglos por el trabajo de quienes se han dedicado a su estudio y han escrito sus reflexiones y avances en ensayos más o menos personales. Podríamos decir que el ensayo es la literatura del conocimiento porque su base son las ideas y su análisis o discusión.
El ensayo es un género literario que surge ya en la antigüedad con propósito analítico, didáctico o argumentativo. La filosofía, la ciencia, la historia…todas las disciplinas del saber se han desarrollado a través de los siglos por el trabajo de quienes se han dedicado a su estudio y han escrito sus reflexiones y avances en ensayos más o menos personales. Podríamos decir que el ensayo es la literatura del conocimiento porque su base son las ideas y su análisis o discusión.
A pesar de ser un género muy abierto, que aborda todo tipo de temas, presenta una serie de características que lo distinguen del tratado filosófico o científico:
-Subjetividad. El autor de un ensayo defiende de forma apasionada su punto de vista sobre alguna cuestión polémica, procurando persuadir al lector tanto con argumentos razonables como con el despliegue de su ingenio.
- Complicidad. El tono propio de un ensayo es informal: el autor se dirige al lector como si fuera un amigo con el que quiere compartir sus pensamientos.
- Improvisación. El nombre del género alude a la libertad con la que el autor va encadenando sus pensamientos, sin ceñirse a ningún esquema rígido. Son muy comunes las digresiones (exposiciones que se apartan del tema principal).
- Brevedad. Dado que el ensayo no pretende explorar exhaustivamente todos los aspectos del problema que aborda, finaliza cuando el autor ha expuesto su toma de postura y los argumentos que la sustentan
Aunque el ensayo pretende convencer, es también una obra artística: es posible disfrutar de un buen ensayo aunque se esté en total desacuerdo con las tesis que defiende.
Características lingüísticas del ensayo.
Las características más notables del ensayo son:
a) el empleo frecuente de vocabulario abstracto;
b) la exposición y la argumentación como modos del discurso dominante, sometidos sin embargo, al imperativo de la claridad impuesto por la finalidad de divulgación inherente en el ensayo;
c) la aparición de los artificios literarios como recursos expresivos de la subjetividad del autor.
Se trata de un tipo de texto muy claramente estructurado y cohesionado, con el propósito de que el lector siga sin problemas el hilo de la exposición y capte los argumentos que apoyan las conclusiones del autor.
Se suele recurrir a tecnicismos de la disciplina sobre la que se habla y a un estilo culto, de sintaxis compleja, que permite profundizar en cuestiones difíciles y enrevesadas. Se busca siempre dar impresión de objetividad para conseguir el asentimiento del lector a las tesis planteadas, si bien el ensayo siempre tiene un componente de subjetividad, lo que le diferencia este tipo de texto del texto científico, siempre objetivo y sin elementos de opinión.
Rasgos fónicos.
Predomina la entonación enunciativa, aunque no falten ejemplos de la modalidad interrogativa o imperativa como recurso de estilo con finalidad didáctica y persuasiva.
Características morfológicas.
Sintagma nominal.
-Uso de sintagmas nominales con un valor de esencialidad, bien con sustantivos abstractos, bien con la omisión del determinante, por ejemplo:
“Cárcel suena bien a la hora de…”
-Uso de adjetivos calificativos tanto valorativos como descriptivos.
Se trata de un tipo de texto muy claramente estructurado y cohesionado, con el propósito de que el lector siga sin problemas el hilo de la exposición y capte los argumentos que apoyan las conclusiones del autor.
Se suele recurrir a tecnicismos de la disciplina sobre la que se habla y a un estilo culto, de sintaxis compleja, que permite profundizar en cuestiones difíciles y enrevesadas. Se busca siempre dar impresión de objetividad para conseguir el asentimiento del lector a las tesis planteadas, si bien el ensayo siempre tiene un componente de subjetividad, lo que le diferencia este tipo de texto del texto científico, siempre objetivo y sin elementos de opinión.
Rasgos fónicos.
Predomina la entonación enunciativa, aunque no falten ejemplos de la modalidad interrogativa o imperativa como recurso de estilo con finalidad didáctica y persuasiva.
Características morfológicas.
Sintagma nominal.
-Uso de sintagmas nominales con un valor de esencialidad, bien con sustantivos abstractos, bien con la omisión del determinante, por ejemplo:
“Cárcel suena bien a la hora de…”
-Uso de adjetivos calificativos tanto valorativos como descriptivos.
Sintagma verbal.
- Predomina el modo indicativo sobre el subjuntivo, aunque este último puede aparecer dependiendo del grado de subjetividad existente en el texto, dando un valor irreal.
- El tiempo verbal más frecuente es el presente gnómico (acción que se desarrolla fuera del tiempo; se usa en sentencias, refranes, etc.), por su carácter intemporal y porque da a las afirmaciones un carácter de verdad universal.
- Los verbos suelen estar conjugados en tercera persona, siendo frecuente la forma impersonal. Las intervenciones del autor en primera persona del singular suelen ser escasas porque esto resta objetividad a la argumentación. Sin embargo, es frecuente el uso de la primera persona del plural (plural mayestático) con el fin de establecer una identificación escritor-lector, o bien para ocultar la posible presunción que establece el uso de la primera persona del singular.
Características sintácticas.
- Son frecuentes las oraciones complejas con proposiciones en función adjetiva, nominal o adverbial-circunstancial causal.
- Proliferan los grupos oracionales por subordinación comparativa y consecutiva (luego, conque, pues, así es que, etc.).
- En el empleo de los grupos oracionales por coordinación podemos hablar de la coordinación adversativa, utilizada para restringir o refutar diversas afirmaciones. Del mismo modo, el deseo de claridad conduce al empleo de partículas y expresiones con valor explicativo, por ejemplo: es decir, esto es, etc.
Características léxico-semánticas.
Aparte de la abundancia de los sustantivos abstractos (como ya hemos mencionado anteriormente), abundan también los adjetivos y verbos con valor descriptivo. Adjetivos sustantivados precedidos del artículo lo, por ejemplo: lo universal.
Otra de las características es el juego polisémico del léxico. Toda palabra establece en el texto un juego de sentido. El contexto quita la ambigüedad, por ejemplo: “El amor es una locura que sólo la cura el cura, y cuando el cura la cura comete una gran locura”.
Prolifera en estos tipos de textos una terminología aparentemente sinonímica, por ejemplo: lengua-habla, competencia-actuación, etc.
El vocabulario está cargado de elementos valorativos mediante los que se transmite la ideología, por ejemplo: libertad, igualdad, etc.